Investigamos la localización de las tumbas de los fusilados por el franquismo
Entre abril de 1939 y febrero de 1948 fueron ajusticiadas en Alcalá casi 300 personas
Albañil, jornalero, zapatero, capellán, maestro, ama de casa, médico, fotógrafo, militar, pastor… Manuel, Enrique, Pablo, Marcelino, Lucio, Julia… La angustiosa lista recorre varias páginas hasta alcanzar casi los 300 registros. Son las personas que entre 1939, recién terminada la Guerra Civil, y 1948 fueron fusiladas por la dictadura franquista en Alcalá de Henares y, posteriormente, arrojadas a tumbas en el Cementerio Viejo de la ciudad.
71 años después de la última saca de presos camino al paredón de ladrillo rojo del camposanto alcalaíno, y tras una investigación realizada por el presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Alcalá de Henares (ARMHADH), Manuel Ibáñez, se han podido localizar las tumbas de 268 de aquellas personas.
Cotejando los pocos datos conservados por tradición oral así como los contenidos en el Archivo Histórico Municipal, en el Libro de Registro del Cementerio y en el Registro Civil se han situado las tumbas, principalmente, en cinco zonas, llamadas cuarteles, del Cementerio Viejo.
Contrariamente a lo que se creía popularmente, en Alcalá no hubo fosas comunes masivas como en otros lugares de España. Los enterramientos de fusilados eran en tumbas de entre una y siete personas. Y la macabra burocracia nos ha permitido comprobar como los tribunales que sentenciaban a muerte ordenaban a los ayuntamientos de procedencia de los ajusticiados facilitar, cuando era posible, los ataúdes en los que eran enterrados.
En dos de las zonas donde fueron arrojados los fusilados, los cuarteles 5 y 9, algunos restos fueron traslados por sus familiares años después y otros pasaron al osario. Sin embargo, en los cuarteles Caridad y Civil apenas han variado de como estuvieron en los años 40 del siglo pasado. Algunos han sido ya exhumados por sus familiares (1), otros fueron identificados con lápidas, no siempre con todos los nombres de los que allí permanecen y, en no pocas ocasiones, apenas se adivina una tumba en lo que hoy es un trozo de terreno baldío.
Persecución y juicios sin garantías
La ciudad complutense tuvo un papel destacado durante la Guerra Civil, siendo base de importantes unidades militares de la República, de un aeródromo y también lugar de nacimiento de su último presidente, Manuel Azaña.
El mismo día que las unidades franquistas tomaron Madrid, el 28 de marzo de 1939, ya se izó la bandera bicolor en el edificio de Teléfonos de Alcalá de Henares. Sin embargo, no sería hasta dos días después que las tropas sublevadas entraron en la ciudad de la mano de la columna de Sagardía, el conocido como ‘Carnicero de Pallars’ por las masacres cometidas meses antes en esa comarca leridana.
Comienza la persecución entonces de todo aquel sospechoso de no ser afecto al nuevo régimen. Con las cárceles a rebosar, y sin haber cumplido ni un mes del fin oficial de la contienda, comienzan las ejecuciones.
La primera saca de fusilados se realiza el 28 de abril de 1939. A las cuatro de la tarde, y en las inmediaciones de la Ermita del Val, junto al río Henares, en lo que era un campo de tiro entonces a las afueras de la ciudad, fueron ajusticiadas nueve personas. Posteriormente se trasladó el lugar de los fusilamientos, ya siempre al alba, a las tapias del Cementerio Viejo, por entonces también en el extrarradio pero lo suficientemente cerca para que los vecinos se despertaran periódicamente con las salvas de los fusiles. La última ejecución documentada tuvo lugar el 5 de febrero de 1948.
Los juicios por los que eran condenados a muerte los reos se realizaban sin ninguna garantía. Bien fuera primero el Juzgado Militar Permanente de la ciudad o, años más tarde el Juzgado Especial para Delitos del Comunismo, lo que les une son sentencias basadas en pruebas circunstanciales, con testigos poco fiables, testimonios parciales u obtenidos bajo presión o simplemente tortura y acusados sin posibilidad de tener una defensa digna.
En el único y meritorio estudio realizado sobre el tema hasta la fecha, el listado de 286 fusilados que Pilar Lledó y José San Luciano publicaron en 2008 en prensa local (Diario de Alcalá), las referencias a los lugares de enterramiento empleaban numeración de los años 40, estaba incompleta, no se señalaban exhumaciones posteriores y había datos erróneos. Por ello, y con el fin de dignificar las tumbas de los cuarteles Caridad y Civil, así como recordar lo que allí sucedió, la ARMHADH ha promovido esta investigación que ya ha entregado al Ayuntamiento de Alcalá de Henares. (2)
En los próximos meses desde la asociación esperan completar el estudio con los datos del resto de fosas.
(1) El último caso de exhumación se produjo el 15 de junio de 2018. Tras una labor de investigación por parte de familiares e historiadores, en la que también colaboró la ARMHADH, Jesús Carrera Olascoaga, secretario general del PCE al terminar la Guerra Civil, fue localizado por un equipo de arqueólogos y antropólogos de la Sociedad de Ciencias Aranzadi. Sus restos fueron trasladados al panteón familiar en la localidad guipuzcoana de Hondarribia. Más información
(2) En este sentido, y a petición de la ARMHADH, el Pleno del Ayuntamiento de Alcalá de Henares aprobó el 19 de marzo de 2019 la instalación de un memorial en el Cementerio Viejo que recuerde en este lugar a las personas fusiladas por el franquismo, al igual que ya se hizo en el primer lugar de fusilamientos de la ciudad, en la zona de El Val. Junto a la petición de este segundo memorial la asociación también solicitaba la dignificación de las zonas de enterramientos. Más información