70 aniversario de la explosión del polvorín en Alcalá de Henares


Hay acontecimientos que acompañan las vidas de las ciudades. Y hay ciudades, que por sus hondas raíces históricas, dan a esos acontecimientos un calado especial. Esas variables se desarrollan sin fisuras en varios momentos de la historia de Alcalá de Henares.

En septiembre de 2017 se cumplen 70 años de unos de esos acontecimientos que marcaron a la ciudad complutense y a toda una generación de alcalaínos: la explosión del polvorín del 6 de septiembre de 1947.

 

Los hechos

La tarde del 6 de septiembre de 1947 trascurría con normalidad en el Alcalá de posguerra. La ciudad recuperaba el pulso tras el caluroso verano y sus fiestas patronales. Los alcalaínos paseaban por la ciudad.

Pero cuando la tarde ya languidecía, cuando la noche dominaba la ciudad complutense, a las 21:45, una terrible explosión trastocó para siempre la vida de miles de alcalaínos. Algunos recordaron entonces con estupor los duros bombardeos que años atrás castigaron la ciudad por parte de los aviones nazis. Pero en esta ocasión no eran bombardeos. Tras la desorientación inicial, la mayoría cayó en la cuenta que tal detonación, tal devastación solo podía provenir de los polvorines situados en las carreteras del Zulema y el Gurugú.

Efectivamente, los polvorines A y B del Gurugú habían hecho explosión. Con la misma todo el cerro donde estaban ubicados bajo tierra quedó destruido. El puente antiguo sobre el río Henares había quedado en muy mal estado. El ventorro de Camacho, cercano a la zona, quedaba devastado por la explosión. La fábrica Río Cerámica, que daba trabajo a varias decenas de alcalaínos había quedado completamente destruida. Y casa de Bonifacio Loeches, cercana a la zona de los sucesos, también.

Las toneladas de tierra y piedras que movió la explosión se dejaron notar en casi toda la ciudad. Una nube de polvo cubría la ciudad de Alcalá de Henares.

El panorama no podía ser más dantesco. Poco después unidades del Ejército, sanitarios, curiosos se desplazaron hasta el lugar del suceso. Allí comenzaron a valorar de cerca la magnitud de la catástrofe. La Casa de Socorro y el Hospital de la Plaza de la Victoria (actual Facultad de Económicas y Empresariales) comenzaron a recibir heridos. El Hospital de la vecina Guadalajara también.

La labor ejercida por el entonces alcalde accidental, Félix Huerta, fue fundamental. El primer edil de la ciudad, Lucas del Campo, se encontraba en ese momento de vacaciones en Santander y fue Huerta quien tomó las riendas de la situación.

El desastre era un hecho. Cabía preguntarse qué había pasado.

 

Las causas

Aunque fue como un jarro de agua fría, había gente que temía que la explosión del polvorín podía producirse en la ciudad. Además el miedo se vio incrementado cuando en agosto de ese mismo año un depósito de minas en la ciudad de Cádiz había hecho explosión y había provocado la muerte de 156 personas. Los informes militares fueron claros en el caso de Cádiz: las malas condiciones de almacenamiento, las malas condiciones del material y el fuerte calor que hizo en la Tacita de Plata aquel verano aceleraron un proceso sobre un material que vegetaba allí desde la Guerra Civil española.

En Alcalá de Henares, justo 48 después de los sucesos, se hizo con la causa el Juez Instructor Militar, Rafael de las Morenas Alcalá, secundado por los peritos Cecilio García Vinuesa y Alfonso Gallegos Rodríguez. Se abrió entonces la causa número 142.010.

Las valoraciones fueron claras a partir del informe pericial elevado el 7 de septiembre y el informe ocular de la zona siniestrada el 8 del mismo mes. El mal estado del material y la existencia de un grupo electrógeno en el polvorín que al parecer había sido reparado pero que mal funcionaba, había provocado la explosión. Un hecho fortuito. Un fatalidad para la ciudad de Alcalá que unía su luto a Cádiz. Incluso el soldado Juan Ríos Gil testificó que en los días previos a la explosión habían estado destruyendo material en mal estado, descargando pólvoras sobre las aguas del Henares. Además los problemas de suministro eléctrico en el lugar eran evidentes, lo que hizo que el polvorín se suministrase en ocasiones de energía de la fábrica Río Cerámica. De hecho, momentos antes de la explosión la fábrica había sufrido un apagón y tras la vuelta de la luz se había producido la explosión.

 

 

 

 

 

Pero las evidencias no fueron suficientes para algunos sectores del ‘Ejército de la Victoria’. Ya en Cádiz hubo intentos de vincular la explosión del depósito de minas con las actividades de la oposición antifranquista. No salió bien la estrategia. Pero si pasó en Alcalá.

Mientras autoridades civiles, militares y religiosas comenzaban a visitar Alcalá, a visitar el área siniestrada y a oficiar misas por las víctimas, comenzó a fraguarse una macrocausa contra la oposición antifranquista organizada en la ciudad de Alcalá, representada en ese momento por efectivos del Partido Comunista de España y las Juventudes Socialistas Unificadas clandestinas.

Que la causa cayese en manos de Enrique Eymar Fernández, juez del Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo, hizo que todas las detenciones se vinculasen con una acusación clara: la explosión había sido perpetrada por la oposición antifranquista en un hecho de carácter terrorista. Un total de 77 personas eran detenidas.

En diciembre de 1947 Eymar divide la causa 142.010 en cinco causas independientes dependiendo de la gravedad de las acusaciones.

A pesar de que ninguna fuente apuntaba al atentado, que ninguna prueba se aportó en los juicios que así lo mostrara, que ni siquiera las fuentes policiales y de la Guardia Civil contabilizaba el hecho como acción de la guerrilla o la oposición al régimen de Franco, las causas en manos de Eymar siguieron adelante y acabaron con distintas condenadas, ocho de ellas a muerte y ejecutadas en Ocaña el 20 de agosto de 1948.

 

Las víctimas

Es evidente que la ciudad de Alcalá de Henares fue víctima de la explosión del polvorín en su conjunto, pero la explosión provocó víctimas mortales directas que podemos dividir en tres categorías:

 

Las víctimas militares

Teniendo en cuenta que el polvorín era una instalación militar, las primeras víctimas de la explosión fueron soldados y suboficiales que en ese momento estaban desarrollando sus tareas en el polvorín. Diez fueron las víctimas militares del suceso:

  • Luis Soria Albericio, sargento de artillería y jefe del destacamento.
  • Bernando Pascual Martínez, cabo artillero.
  • Ricardo Sanz Ruiz, artillero.
  • Antonio Sainz Martín, soldado.
  • Anastasio Martín Martín, soldado.
  • Ángel Casas Fernández, soldado.
  • Antonio Espadero Franco, soldado.
  • Brígido Rosillo Mota, soldado.
  • José Ruiz Canes, soldado.
  • Luciano García Herrero, soldado.

 

Las víctimas civiles

La zona del polvorín estaba habitada en sus proximidades por civiles, trabajadores de la fábrica Río Cerámica y otras personas completamente ajenas a los cuerpos militares. Alguno de ellos eran personas muy conocidas y queridas en la ciudad:

  • Bonifacio Loeches Carmona, militante durante la República del PSOE y la UGT alcalaína.
  • Eufemia Doncel Torrijos, esposa del anterior.
  • Domingo Piris Martínez. Había estado encarcelado hasta poco antes del suceso por su pertenencia a la UGT.
  • Elena Fernández Ruiz.
  • Ángel Hernández Tejerina.
  • Tomas Loeches Doncel.
  • Francisco Guerra Jaime.
  • Juan Rollo Vallecillo.
  • Antonio Novillos Torres.
  • Agapito Prieto Olivares.
  • María Arizmendi Ortega.
  • Francisco Vela Ramírez.
  • Antonio Quevedo Alcoba.

 

Fusilados por las causas instruidas

El tercer tipo de víctimas mortales del suceso fueron aquellos que, acusados de realizar un acto de sabotaje al polvorín, sufrieron un juicio lleno de irregularidades, ocultación de pruebas de su inocencia y acusaciones políticas de culpabilidad.

En la línea de los consejos de guerra franquistas, completamente ajenos a cualquier estado de derecho, su sentencia estaba de antemano determinada. Fueron ocho los fusilados, algunos de ellos vecinos de Alcalá de Henares con una amplia trayectoria en el movimiento comunista local. Fueron fusilados en Ocaña el 20 de agosto de 1948.

  • Manuel Villalobos Villamuelas, dirigente nacional del PCE.
  • Eugenio Parra Rubio, dirigente nacional de las JSU.
  • Rogelio García del Barrio, dirigente nacional de las JSU.
  • Pedro Martínez Magro, dirigente comarcal  del PCE.
  • Benito Calero Vázquez, dirigente comarcal del PCE.
  • Daniel Elola Gómez, dirigente comarcal del PCE.
  • Luciano Arroyo Cablanque, dirigente local de las JSU.
  • Félix López Casares , dirigente local de las JSU.

 

Otras víctimas

Junto a estas víctimas mortales hay que contabilizar también a los 69 procesados cuyas penas oscilaron entre 30 años (por conmutación de la pena de muerte) a la pena de 1 año y 6 meses. Entre ellas habría que destacar a Conrado Salamanca Barranco, Emilio Alonso Moreno, Ángel Vilela Rubio, Marcial López López, Mercedes Romero Rodríguez, Alejandro Heredero del Castillo, Ricardo Lidó Expósito o Fernando Nacarino Moreno. Este último, hasta su fallecimiento en 2007, fue una de las memorias vivas que habló y relató lo que significó aquel proceso para su vida política y personal.

           

70 años después de los sucesos, y a pesar del trabajo de investigación presentado en 2009 por los historiadores Alejandro Remeseiro y Julián Vadillo y la biografía de Nacarino de Urbano Brihuega en 2007, las víctimas de la explosión del polvorín aún no habían recibido el debido reconocimiento por parte de la ciudad.

Hoy sí ya podemos afirmar que los lugares de la memoria de la tragedia han sido dignificados a través de una placa en su recuerdo, situada en el área que ocupó parte de aquel polvorín, en lo que hoy es el actual Cementerio Jardín de Alcalá de Henares.

 

 

Fuentes

Remeseiro Fernández, Alejandro y Vadillo Muñoz, Julián. La explosión del polvorín de Alcalá de Henares (1947), Foro del Henares, Alcalá de Henares, 2009

 

Brihuega Moreno, Urbano. Nacarino (historias de la guerra, de las cárceles, de Alcalá…), Edición del autor, Alcalá de Henares, 2007

 

López-Serrano Páez, Daniel, y Vadillo Muñoz, Julián; «La explosión del polvorín de Alcalá de Henares en 1947 vista por la prensa clandestina y exiliada», en Libro de Actas del XIV encuentro de historiadores del Valle del Henares, ed. Institución de Estudios Complutenses, Alcalá de Henares, 2014

 

https://www.diagonalperiodico.net/explosion-fortuita-atentado-terrorista.html

 

http://www.rtve.es/filmoteca/no-do/not-245/1487540/

 

https://www.dailymotion.com/video/x2rysg7ç

 

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